"Gracias" murmuró. Su maestra la miró y pidió que comenzara. "No tengo miedo" se repitió en la cabeza. Respiró hondo y comenzó.
"El olor a caramelo inunda el aire. Los gritos de los niños hacen que el canto de las aves y las voces de las maestras sean imperceptible.
Juegan, corriendo por el lugar, fingiendo ser mamás, en la casita. Son animales y otros superheroes. Ninguno nos miraba, excepto una pequeña niña de risos rubios, la cual me mira por breve instante como si buscara una respuesta en mis ojos, pero luego continuo jugando con su serpiente.
Unas niñas se pelean en la casa. Una de ellas grita (furiosa) llamando a su maestra, la cual acude con rapidez.
Comienzan a llamar a los niños a las salas y ellos corren, gatean y caminan de la mano de las maestras (felices de entrar a clase)."
Dejó de leer y la profesora pide un aplauso. Se paran para aplaudir mi escrito. Me ruborizo...
Es una pequeña historia que pensé hoy.
Mio
Los quiere
