sCapitulo 5
¿Cómo hago un café?
Mimiko
Fue, a ver, a ver, informe… No quiero hacer un informe, voy a diseñar la vestimenta.
Una hora después
Cierto que le prometí algo dulce a Liz
—Hum… ¿Tendré algo?— Me levanto, dejo las cosas sobre la cama, y abro mi armario, donde comúnmente “oculto” mis creaciones dulces—A ver, a ver… ah, perfecto—
Saco unos caramelos de melocotón, al cerrar la puerta me encuentro con Liz
—Hola— Dice con ese tono irónico que usa casi siempre— ¿Qué tenés ahí?— Señala mi mano
—Tengo tu recompensa por ser buena— Abro mi mano y le doy los 4 caramelos que tengo. Me encanta cuando pone esa sonrisa tan linda.
— ¿Avanzaste algo en mi ausencia?— Se dirige a mi cama, toma el papel y se sienta— Los uniformes… me gustan— Me enrojezco y digo
— ¿Te— te gustan?— Me siento junto a ella
—Sí, son lindos… ni pienses que me pongo uno así— Agacho mi cabeza en forma de abatimiento
—No igual no te preocupes por que para vos es el de cocinera—Al mirarla noto que se ríe
— ¿Yo una cocinera? por favor…—
—Bueno, no precisamente vas a cocinar—Eso lo hago yo—Tu prepararas los tés especiales—Me mira algo sonrojada y me dice
—Pero yo… yo no se de esas cosas—Levanto las cejas como diciendo “¿En serio?”, de inmediato desvía su mirada y digo mientras la empujo levemente
—Mentirosa, sos genial, siempre me preparas menjunjes deliciosos para que tome, hasta tenés tu libro. Dale, dale, dale—Me toma de las muñecas para detenerme y dice
—Bueno, pero si me prometes que no me pongo uno así—Y señala el diseño.
—Te lo prometo—Y con mi dedo hago una cruz en el corazón.
Luego de que Lizzie se comiera los caramelos nos acostamos para dormir. ¡Si!
Me despierto por las incesantes voces de nuestros huéspedes, me fijo en el reloj.
—¿¡Qué las siete de la mañana!?—instantáneamente me tapé la boca. Lizzie. La miro pero por suerte no me sintió. Vuelvo a acomodarme en la cama.—Qué ganas hay que tener para levantarse a esta hora… Che, pero pará…—me siento de golpe en la cama—Es una estupenda hora para trabajar—Miro a Lizzie, me levanto y me cambio—Bueno, sé valiente Mii, como mucho te puteará, pero todo por Strawberry—Con mis manos comienzo a sacudirla—¡Lizzie, Lizzie, Lizzie!—comienza a moverse y al abrir un ojo. Se nota su enojo. Dice
—Mii , ¿En qué estabas pensando?—Dice con una voz macabra
—Tenemos que empezar con el café—Comienzo a temblar, se levanta y dice
—Bueno, dame cinco así me cambio—Me desmayo por dentro
—Bueno, te espero abajo—Bajo las escaleras, al llegar a la cocina veo que papá está cocinando el desayuno y que están todos sentados a la mesa.
—Ah… buenos días a todos—Lizzie se va a enfurecer.
—Buen día, princesa—Y me besa la mejilla, comienza servir los huevos que tenia en la sartén
—¿Padre no quieres que te ayude?—Se escucha que alguien esta bajando las escaleras. Comienzo a buscar por los rostros de los chicos haber si no faltaba alguien, pero no, la persona que bajaba era Lizzie.
—¿Padre donde está ese lugar donde podemos hacer el café?—
—Al lado de la puerta principal si uno se fija bien se puede ver una cerradura, si abres esa puerta tendrás un extenso lugar para hacer tu café—
—Gra…—
Al sentir su respiración a mi lado me da un escalofrío
—Buen día… padre—Dice con tono lloroso—Vamos a comenzar con el café, vamos Mii—Me toma de la muñeca y me tironea al llegar a la puerta la abre, para en la verada y dice con voz sollozante
—Donde esta el espacio… Solo escuché que era afuera—
Me acerco a donde papá dijo y noto esa cerradura. Al girarla, automáticamente se abre.
—Vamos—
Al entrar lo único que se distinguía eran unas paredes altas.
—No se ve mucho ¿Abra algún interruptor?—Se hace un silencio. Parece que esta mejor.—Lo encontré—
De repente comienzan a prenderse las luces de un largo pacillo, luego se abre en una especie de círculo gigante. Comienzo a caminar, al llegar al círculo comienzo a girar mientras digo
—Genial, es perfecto—Como no me contestaba la mire y note que lloraba
—Lizzie!!—Corro hacia ella y el abrazo—No llores más, odio que estés así, Papa es… es… un ¡¡Estúpido!! Por ser tan amable cuando están ellos yo… lo… odio!—Y Comienzo a llorar.
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