Lo mejor del mundo

martes, 2 de abril de 2013

15!!! :3

La historia de hoy es muy triste :´(
Me acelero el corazón escribirla y hice que todos la leyeran (Menos mi mamá). LES GUSTO!!!!!
Así que espero que te guste y provoque todo lo que provoco en todos.
Disfrútala.


Era más que un Humano (1986)
Historia de Alexander
Hacía unos meses había comenzado a buscar a sus padres. Se las había arreglado para escapar del orfanato y buscarlos.
Había trabajado mucho y por fin lo pudo conseguir. Volvió corriendo al orfanato, quería que Sam se enterara.
Entró en el patio del orfanato de una forma que nadie podría explicar, pasó por los arbustos con una rapidez que nadie alcanzaría y luego entro en la habitación de Sam. Estaba despierta, como siempre jamás era muy tarde para ella.
-Estas todo sucio, mi lord- Dijo ella al verlo atravesar la pared de su cuarto.
-Lo sé, tuve que escabullirme entre los arbustos y…- Alex noto que estaba sola-¿Y sus compañeras?- Preguntó.
-Las adoptaron esta tarde, cuando vine a acostarme se estaban yendo- Contestó algo triste.
-No esté triste- Se sentó frente a ella y acarició su cabello. Ella se acercó y lo besó.
-Báñate conmigo- Dijo sonriéndole, apenas alejándose de él.
-Tenemos 13 años- Exclamó sintiéndose algo raro.
-Solo te pido que nos bañemos, nada más- Suplicó acariciando su pecho.
-No… creo que sería mejor esperar- Dijo dudando, sabía que ella tenía muchas ganas de esto, pero acaso era correcto.
-Bueno- Exclamó parándose-De todas formas debes bañarte, así que entra al baño- Lo tomó de la mano y lo metió al baño. Cuando estaba a punto de cerrar la puerta Alex tomó su muñeca.
-Nos… bañemos juntos- Dijo dudando. Era niños y su cuerpo no tenía esa edad como para comportarse de tal forma, pero si eso la hacía feliz hacía difícil el negarse.
Ella solo lo miró sorprendida y al mismo tiempo feliz. Tal vez se arrepentiría luego porque ella sabía lo mal que estaba para chicos de su edad hacer esas cosas. En su mente eran mucho más grandes, su vida les había enseñado a crecer tanto. Ambos eran más inteligentes que nadie y se aburrían en el colegio ya que muchas de las cosas ya las sabían. La vida se las había enseñado.
Unos minutos después ya estaban adentro de la bañera. Sam se había sentado entre las piernas de Alex, porque les daba vergüenza verse, pero no sentirse. De todas formas lo veían como un simple juego y no lo veían como nada más.
-¿Encontraste a tus padres?- Preguntó algo preocupada.
-Sí, mañana después del colegio iré- Contestó feliz.
-¿Puedo ir contigo?- Exclamó pensativa, intuía la respuesta, pero de todas formas quería preguntar.
-Es… muy peligroso. Prefiero que se quede aquí- Contestó sintiéndose un poco mal consigo mismo.
Se quedaron unos segundos en silenció, luego Sam habló.
-Quiero tener dos hijos, sabes- Y rio un poco.
-¿Ya está pensando en ese tipo de cosas?- Preguntó extrañado.
-Obvio, quiero ser una madre joven. Como mi madre- Dijo contenta.
-Pero es demasiado joven- Exclamó usando ese tono formal que había adquirido hace poco, le gustaba tratarla como una reina, era su reina.
-No me importa, quiero saber para poder estar lista- Y chapoteó suavemente con sus piernas- Les pondría Trevor y Leila- Dijo tiernamente, sonriendo de una forma muy angelical.
-Me parecen nombres muy lindos- Él también sonrió.
-¿Cuántos hijos quieres, mi Lord?- Preguntó mirando la nada.
-No estoy seguro, Jamás me había puesto a pensarlo, soy… un niño solamente- Contestó dudoso.
-Bueno, pero en un caso hipotético- Dijo mirándolo. Él se quedó pensativo por unos minutos, luego exclamó:
-Tendría una hija a la que llamaría Charlotte- Ella volvió a apoyarse sobre el hombro de Alex, mirando hacía la pared del frente.
-Entonces… ¿Crees que estaría bien tener tres?- Preguntó sería.
-Sí me parece bien- Dijo feliz. Estaba en contra de acelerar su crecimiento, pero no podía contra decirla, además qué tan malo sería tener hijos.
-Trevor sería el más grande, cuidaría mejor a sus hermanas. Leila la del medio y Charlotte la más chica- Exclamó muy dichosa.
Esa noche durmieron juntos. Apenas salió el sol Alex despertó, con mucho cuidado se fue de la habitación. Corrió a su cuarto y se cambió, con el uniforme del colegio.
Salió al jardín y recordó todo lo que había sucedido esa noche. Se sentó en las hamacas. Ella quería formar una vida junto a él, tanto les había pegado el mundo, que ahora estaban desesperados por formar algo nuevo. Amaba pensar en todo lo que había vivido, lo poco que recordaba.
Cerró los ojos y se obligó a recordar, pero era en vanó recordaba siempre lo mismo. Las voces de los chicos lo hicieron entrar.
Luego de desayunar los llevaron hasta el gran edificio donde todos tenían clases. Las horas se hicieron pesadas, pero ambos se las ingeniaron para pasar el tiempo más rápido.
Al salir junto con todos, Alex le entregó su bolso a Sam.
-Tene cuidado, mi Lord- Dijo algo llorosa. Alex la abrazó.
Al separarse la tomó de los hombros y la miró a los ojos.
-Te lo prometo. Volveré como siempre- Dijo muy  seguro.
-Pero volves temprano que hoy es san valentín- Dijo sonriendo para disimular su preocupación. Él la besó
-Te amo- Exclamó al separarse de ella.
Se fue corriendo lo más rápido que pudo, dejándola atónita.
-Yo también- Susurró luego de unos minutos a la nada, llorando de felicidad.
-Vamos, Sam. Lo veras esta noche- Dijo Bernard al tomarla de la mano.
¿Qué estaba haciendo? Pensó. Tendría que olvidar a las personas que lo habían abandonado. Recordaba muy bien esa noche, pero no podía perdonarlos. Tal vez los buscaba para recriminarles todo o porque quería saber la razón. Se concentró debía correr mucho estaba demasiado lejos.

Se detuvo frente a la casa, era de noche y hacía muchísimo frio, pero de la nada sintió aire caliente que provenía de su izquierda. Se volteó asustado y vio fuego, uno muy fuerte. Su poca curiosidad lo convenció, así que corrió hacía el lugar.
Cuando llegó pudo ver a sus padres atados de manos a altos troncos. Había tanta gente alrededor, furiosa. Se acercó más a ellos.
-¡¿Qué son?!- Gritó un hombre furioso.
-Demonios- Dijo rendido su padre. Lo recordaba un poco.
Alex se volteó hacía una señora.
-¿Qué sucede?- Preguntó indiferente. Tal vez deseaba esto.
-Esta pareja ha realizado muchos estragos en la ciudad- Contestó furiosa.
Él se preguntó porque los quemarían si eso ya no estaba permitido. Se desesperó y recordó las palabras de su padre: “Demonios”.
Él también lo era. Los miró paralizados, su corazón latía muy fuerte, le dolía muchísimo. El mundo a su alrededor se detuvo, miró a su padres. Tuvo el impulso de salvarlos cuando las llamas comenzaron a arder, pero no pudo moverse. Se desesperó. Lagrimas brotaron de sus ojos y quiso gritar para que detuvieran todo, pero recordó a Sam.
¿Y si lo mataban a él también? Debía volver con ella ahora, era muy tarde. Notó que su madre le sonrió y despertó de aquel trance extraño.
-Vete- Leyó en sus labios. Corrió lo más fuerte que pudo, se detuvo a unos metros y escucho que su padre gritaba:
-¡Mientras él viva yo jamás moriré!-
Y siguió corriendo sin mirar atrás, le dolía tanto. Ahora era huérfano, era como todos los demás, como Sam.
Una luz lo segó.
-Sam- Fue su palabra final antes de caer al asfalto.

Es muy triste!!!
Mañana: "Te Veo"
Esta historia no estoy muy segura de quien va a ser... Pero que se me ocurra algo ^^
Te amo mucho!!
Mio

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