Me acelero el corazón escribirla y hice que todos la leyeran (Menos mi mamá). LES GUSTO!!!!!
Así que espero que te guste y provoque todo lo que provoco en todos.
Disfrútala.
Era más que un Humano (1986)
Historia de Alexander
Hacía
unos meses había comenzado a buscar a sus padres. Se las había arreglado para
escapar del orfanato y buscarlos.
Había
trabajado mucho y por fin lo pudo conseguir. Volvió corriendo al orfanato, quería
que Sam se enterara.
Entró
en el patio del orfanato de una forma que nadie podría explicar, pasó por los
arbustos con una rapidez que nadie alcanzaría y luego entro en la habitación de
Sam. Estaba despierta, como siempre jamás era muy tarde para ella.
-Estas
todo sucio, mi lord- Dijo ella al verlo atravesar la pared de su cuarto.
-Lo
sé, tuve que escabullirme entre los arbustos y…- Alex noto que estaba sola-¿Y sus
compañeras?- Preguntó.
-Las
adoptaron esta tarde, cuando vine a acostarme se estaban yendo- Contestó algo
triste.
-No
esté triste- Se sentó frente a ella y acarició su cabello. Ella se acercó y lo
besó.
-Báñate
conmigo- Dijo sonriéndole, apenas alejándose de él.
-Tenemos
13 años- Exclamó sintiéndose algo raro.
-Solo
te pido que nos bañemos, nada más- Suplicó acariciando su pecho.
-No…
creo que sería mejor esperar- Dijo dudando, sabía que ella tenía muchas ganas
de esto, pero acaso era correcto.
-Bueno-
Exclamó parándose-De todas formas debes bañarte, así que entra al baño- Lo tomó
de la mano y lo metió al baño. Cuando estaba a punto de cerrar la puerta Alex
tomó su muñeca.
-Nos…
bañemos juntos- Dijo dudando. Era niños y su cuerpo no tenía esa edad como para
comportarse de tal forma, pero si eso la hacía feliz hacía difícil el negarse.
Ella
solo lo miró sorprendida y al mismo tiempo feliz. Tal vez se arrepentiría luego
porque ella sabía lo mal que estaba para chicos de su edad hacer esas cosas. En
su mente eran mucho más grandes, su vida les había enseñado a crecer tanto.
Ambos eran más inteligentes que nadie y se aburrían en el colegio ya que muchas
de las cosas ya las sabían. La vida se las había enseñado.
Unos
minutos después ya estaban adentro de la bañera. Sam se había sentado entre las
piernas de Alex, porque les daba vergüenza verse, pero no sentirse. De todas
formas lo veían como un simple juego y no lo veían como nada más.
-¿Encontraste
a tus padres?- Preguntó algo preocupada.
-Sí,
mañana después del colegio iré- Contestó feliz.
-¿Puedo
ir contigo?- Exclamó pensativa, intuía la respuesta, pero de todas formas
quería preguntar.
-Es…
muy peligroso. Prefiero que se quede aquí- Contestó sintiéndose un poco mal
consigo mismo.
Se
quedaron unos segundos en silenció, luego Sam habló.
-Quiero
tener dos hijos, sabes- Y rio un poco.
-¿Ya
está pensando en ese tipo de cosas?- Preguntó extrañado.
-Obvio,
quiero ser una madre joven. Como mi madre- Dijo contenta.
-Pero
es demasiado joven- Exclamó usando ese tono formal que había adquirido hace poco,
le gustaba tratarla como una reina, era su reina.
-No
me importa, quiero saber para poder estar lista- Y chapoteó suavemente con sus
piernas- Les pondría Trevor y Leila- Dijo tiernamente, sonriendo de una forma
muy angelical.
-Me
parecen nombres muy lindos- Él también sonrió.
-¿Cuántos
hijos quieres, mi Lord?- Preguntó mirando la nada.
-No
estoy seguro, Jamás me había puesto a pensarlo, soy… un niño solamente-
Contestó dudoso.
-Bueno,
pero en un caso hipotético- Dijo mirándolo. Él se quedó pensativo por unos
minutos, luego exclamó:
-Tendría
una hija a la que llamaría Charlotte- Ella volvió a apoyarse sobre el hombro de
Alex, mirando hacía la pared del frente.
-Entonces…
¿Crees que estaría bien tener tres?- Preguntó sería.
-Sí
me parece bien- Dijo feliz. Estaba en contra de acelerar su crecimiento, pero
no podía contra decirla, además qué tan malo sería tener hijos.
-Trevor
sería el más grande, cuidaría mejor a sus hermanas. Leila la del medio y
Charlotte la más chica- Exclamó muy dichosa.
Esa
noche durmieron juntos. Apenas salió el sol Alex despertó, con mucho cuidado se
fue de la habitación. Corrió a su cuarto y se cambió, con el uniforme del
colegio.
Salió
al jardín y recordó todo lo que había sucedido esa noche. Se sentó en las
hamacas. Ella quería formar una vida junto a él, tanto les había pegado el
mundo, que ahora estaban desesperados por formar algo nuevo. Amaba pensar en
todo lo que había vivido, lo poco que recordaba.
Cerró
los ojos y se obligó a recordar, pero era en vanó recordaba siempre lo mismo. Las
voces de los chicos lo hicieron entrar.
Luego
de desayunar los llevaron hasta el gran edificio donde todos tenían clases. Las
horas se hicieron pesadas, pero ambos se las ingeniaron para pasar el tiempo
más rápido.
Al
salir junto con todos, Alex le entregó su bolso a Sam.
-Tene
cuidado, mi Lord- Dijo algo llorosa. Alex la abrazó.
Al
separarse la tomó de los hombros y la miró a los ojos.
-Te
lo prometo. Volveré como siempre- Dijo muy
seguro.
-Pero
volves temprano que hoy es san valentín- Dijo sonriendo para disimular su
preocupación. Él la besó
-Te
amo- Exclamó al separarse de ella.
Se
fue corriendo lo más rápido que pudo, dejándola atónita.
-Yo
también- Susurró luego de unos minutos a la nada, llorando de felicidad.
-Vamos,
Sam. Lo veras esta noche- Dijo Bernard al tomarla de la mano.
¿Qué
estaba haciendo? Pensó. Tendría que olvidar a las personas que lo habían
abandonado. Recordaba muy bien esa noche, pero no podía perdonarlos. Tal vez
los buscaba para recriminarles todo o porque quería saber la razón. Se
concentró debía correr mucho estaba demasiado lejos.
Se
detuvo frente a la casa, era de noche y hacía muchísimo frio, pero de la nada
sintió aire caliente que provenía de su izquierda. Se volteó asustado y vio
fuego, uno muy fuerte. Su poca curiosidad lo convenció, así que corrió hacía el
lugar.
Cuando
llegó pudo ver a sus padres atados de manos a altos troncos. Había tanta gente
alrededor, furiosa. Se acercó más a ellos.
-¡¿Qué
son?!- Gritó un hombre furioso.
-Demonios-
Dijo rendido su padre. Lo recordaba un poco.
Alex
se volteó hacía una señora.
-¿Qué
sucede?- Preguntó indiferente. Tal vez deseaba esto.
-Esta
pareja ha realizado muchos estragos en la ciudad- Contestó furiosa.
Él
se preguntó porque los quemarían si eso ya no estaba permitido. Se desesperó y
recordó las palabras de su padre: “Demonios”.
Él
también lo era. Los miró paralizados, su corazón latía muy fuerte, le dolía
muchísimo. El mundo a su alrededor se detuvo, miró a su padres. Tuvo el impulso
de salvarlos cuando las llamas comenzaron a arder, pero no pudo moverse. Se
desesperó. Lagrimas brotaron de sus ojos y quiso gritar para que detuvieran
todo, pero recordó a Sam.
¿Y
si lo mataban a él también? Debía volver con ella ahora, era muy tarde. Notó
que su madre le sonrió y despertó de aquel trance extraño.
-Vete-
Leyó en sus labios. Corrió lo más fuerte que pudo, se detuvo a unos metros y
escucho que su padre gritaba:
-¡Mientras
él viva yo jamás moriré!-
Y
siguió corriendo sin mirar atrás, le dolía tanto. Ahora era huérfano, era como
todos los demás, como Sam.
Una
luz lo segó.
-Sam- Fue su palabra final antes de caer al
asfalto.Es muy triste!!!
Mañana: "Te Veo"
Esta historia no estoy muy segura de quien va a ser... Pero que se me ocurra algo ^^
Te amo mucho!!
Mio
No hay comentarios:
Publicar un comentario