Espero que te guste.
El Rencuentro (1985)
Historia de Alex
Pasaba
tanto tiempo con ella que se había olvidado del mundo. Ese mundo que compartía
con su compañero Joshua.
Pero
todo se había esfumado con solo un beso, que recordaba con detalle…
-¡Alex!-
Gritó ella sacándolo de su mundo individual.
-Hola,
bonita- Dijo sonriéndole cuando se sentó junto a él-Otra vez te quedaste
dormida- Reprochó riendo.
-Sí,
ayer me acosté muy tarde… Trabajo en algo- Dijo buscando su desayuno era
viernes, pero se había acostumbrado a que él lo buscara ya que se levantaba antes
que nadie o tal vez no dormía. Pero eso ella no lo sabía.
-¿En
qué?- Preguntó sonriendo de manera picara.
-Algo…
¿Tienes mí desayuno?- Lo cuestionó ya que solo vio una bandeja.
-¿Qué?
Ah no hoy vamos a compartir- Dijo muy serio dándole una de sus medialunas.
-No,
yo quiero las mías, anda búscame otras por favor- Se colgó de él como una niña.
La niña que solo fue con su padre.
-Lo
siento, pero llegaste muy tarde y ya serraron la cocina- Dijo jugando con su
nariz.
-Te
tengo una sorpresa, te la muestro después de que desayunemos- Dijo muy
sonrojada, luego lo besó.
-Gracias
por contarme- Agradeció feliz-Toma. Jamás podría quitarte la mitad de tú
desayuno favorito- Y da la silla que tenía al lado con un equilibrio impecable
saca la bandeja con el desayuno de ella.
Ambos
rieron. Terminaron de desayunar y se sentaron en aquellas hamacas en las que se
habían besado.
-Recuerdo
ese día- Exclama ella contenta-El día que nos dimos un beso- Dijo al amacharse.
-Mejor
dicho cuando me obligaste- Ríe él. Ella lo miró molesta y lo empujó un poco. Su
hamaca se tambaleó.
Entonces
fue cuando los identificó entre los demás chicos, eran aquellos niños con los
que compartió su infancia, esos niños que tenían un padre de temer.
¿Qué
hacían en un lugar como ese? Se preguntó mil veces. Los siguió con la mirada
hasta que desaparecieron entre la gente. De repente ella hablo.
-¿Viste
un fantasma?- Preguntó entre risitas.
-Tal
vez- Dijo sorprendido y la sujetó de la mano-Sígueme creo que debes conocer a
alguien- y comenzó a seguirlos. Tal vez solo fue su imaginación, pero debía
verificarlo, lo necesitaba.
El
preguntarles como estaba o decirles por que se había tenido que ir sin explicar
nada. Saber el por qué de todas sus razones del en ese instante estar en un
orfanato tan complicado de acceder como ese.
Corrieron
bastante hasta que por fin los vio. Estaban en la recepción recibiendo unas
cartas. Ellos se acercaron y Alex dijo:
-¿Ustedes
son Bernard y Frederick?- Los chicos lo reconocieron ya que lo abrazaron casi
al borde del llanto.
-Alex
eres tú, pesábamos que nunca más te volveríamos a ver- Dijo Bernard, que era el
que más hablaba.
Sam
que poco entendía le preguntó a Alex quienes eran.
-El
es Bernard y el Frederick fuimos muy bueno amigos en la infancia- Respondió
feliz.
-Mucho
gusto soy Samanta…- Comenzó a presentarse, pero Alex la interrumpió.
-Ella
es mi novia- Dijo sonriendo.
Todo
marcho muy bien, aquellos niños no pedían explicación y Alex supuso que jamás
lo culparon a él…
-¿Cómo
llegaron aquí?- Preguntó Alex muy intrigado.
-Nuestra
madre nos trajo desde Alemania- Contestó Bernard.
-Nos
alejó de nuestro padre en cuanto se enteró de lo que nos hacía- Dijo tímido
Frederick.
Se
quedaron en silenció, Sam no entendía nada, pero sabía que Alex se lo
explicaría. Esa noche cuando los hermanos se fueron a dormir, Alex tomo a Sam
de la muñeca y lentamente la llevo hasta las hamacas. Una vez sentados él
habló.
-Cuando
estaba con mis padres vivía viajando de país en país- Respiró hondo-Hubo un
tiempo en el que vivimos en Alemania, ahí los conocí…- Había pensado en decirle
todas esas cosa que no podía compartir con nadie y siempre se había preguntado por
qué no tenía las palabras para decirlo, pero ahora lo sabía. No quería que ella
sufriera con él la quería ver sonreír, pero ya era tarde ahora tenía que decírselo-Solía
ir muy seguido a la casa de ellos y era todo…- Busco las exactas palabras-Muy
normal, hasta que una tarde su padre nos encerró a los tres y nos lastimo, muy
feo- Miró sus manos-¿Te acurdas que me preguntaste por qué mis manos estaban
tan lastimadas?-
Ella
asintió y no lo dejó seguir notó que le dolía. No le servía de nada lastimarlo
para saber algo.
Se
quedaron viendo las estrellas por unos minutos, entonces Sam cayó en algo muy
importante.
-¿Soy
tú novia?- Preguntó sonriéndole feliz.
Él
la miró extrañado ya que eso había sido hace más de un mes.
-¿A
qué viene eso Sam?- Rio un poco.
-Nada,
es solo que lo tome tan natural que no me di cuenta, pero en realidad jamás me
lo dijiste- Dijo bastante sería. Alex tomo su mano, la besó y con una voz muy formal
exclamó:
-Querida
Sam ¿Me haría el gran honor de ser mí novia?- Y la miró con ojos penetrantes.
Ojos con los que ella no podía luchar, ni fingir, ni siquiera tomarse las cosas
como un chiste.
Así que sin poder reírse al abrazarlo fuertemente
dijo que sí.Para mañana tengo una historia bastante triste: "Era más que un Humano"
Te amo mi reina!!
Mio
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