Esta historia (como lo dice su nombre) es sobre un día en la vida de Benjamin como Teniente del ejercito nazi. Por favor, como diría Ben:
"-Jamás juzgues lo que no conoces, aunque te parezca obvio-"
A mi particularmente la actitud de Ben me gusta, porque él si quiere algo lo hace y si no, no. Nadie puede obligarlo a nada. Disfruten.
Teniente Benjamin (1944)
Historia
de Benjamin
No
era un hombre malo, ni siniestro y menos despiadado, pero a él nadie lo podía
obligar a nada. Era cierto estaba en el ejército nazi porque quería y no, no le
importaba que gracias a él muriera muchísima gente inocente, pero en ese
entonces la vida no era algo que valorara (Por lo menos la de él y la de las
personas que no le importaban).
Tiempos
difíciles azotaban cada rincón del mundo ya que una masacre de inocentes era
llevada a cabo.
Él
se llamaba Teniente Benjamin para todos sus conocidos.
-¡Sí,
Teniente Benjamin!- Gritaron los hombres que se ayeaban parados en fila.
Mirándolo con admiración, pero había uno que no solo lo admiraba…
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-Teniente… Ah… más… rápido, teniente- ==
Él
hombre sin darse cuenta se sonrojo, frente a todos.
-¿Qué
sucede Aidra? ¿Acaso te existan los muertos?- Preguntó con tono burlón uno de
sus compañeros. Todos rieron.
-¿Qué
dices gusano?- Dijo muy enojado el rubio de estatura exageradamente grande, mientras
se acercaba al pequeño de voz chillona con un puño contraído.
-Na-nada
Ai-Ai-Aidra, lo lamen-to- La voz del diminuto individuo (Según la vista del
sujeto alto) tartamudeó por el pánico ya que lo había sujetado y elevado en al
aire.
-¡¿Qué
mierda pasa, Leonard?!- Dice Ben antes de que él pudiera romper la cara del otro.
-Nada,
teniente…- Dijo Leon con un tono serio habiendo, antes, soltando al chico.
Ben
rio y dijo divertido:
-Intente
no matarlo, cabo- Y camino despacio, alejándose de la escena. Recordó-¡Cabos no
tarden mucho que tenemos que controlar a la primera ronda de judíos!- Gritó
mirando a todos.
Cuando
desapareció entre las puertas del edificio principal, Leon tomo al chico que se
había burlado de él y lo golpeó. Lo miró de una forma macabra.
-Que
no se repita, gusano- Se alejó de ellos riendo a carcajadas.89
Todos
ya estaban formados nuevamente, pero esta vez lo hacían en dos filas
enfrentadas. Cargaban rifles del ejército, algunos otros tenían pequeños
revolvers de plata por si la situación se ponía inestable y Ben se había
quedado lejos de la escena, vigilando, controlando. Nadie lastimaría a Leon, si
él estaba presente.
Se
abrieron las grandes rejas dejando pasar a una cantidad enorme de gente, niños,
mujeres y hombres todos tenían pánico, sus rostros lo reflejaban. Todos pasaban
frente a Leon llorando, pero él ni se inmutaba. No era que no le importaba, le
dolía más que a ninguno, pero no tenía remedió su padre había querido eso para
él, además no se alejaría de Ben. Sacó pecho tomando una profunda bocanada de aire
y la exhalo lentamente, estaba triste lo único que deseaba en ese momento era
descansar en los brazos de Ben.
De
repente todos comenzaron a gritar, entonces dos disparos se escucharon. Leon
estaba desesperado, quería ver lo que ocurría, pero no se podía mover. Más
disparos se oyeron y una chica callo en los brazos de Leon.
-¿Te
encuentras bien? ¿Qué sucede?- Preguntó él, a la chica, alarmado.
Ella
levantó la vista, tenía los ojos rojos de llorar y su pelo rubio estaba
revuelto. Ellos se miraron por unos minutos, en los que la chica pudo notar la
verdad de Leon y en él se generó una fuerte necesidad de protegerla, pero de
repente se la arrebataron de las manos golpeándolo fuertemente.
-¡Suelta
a mi hija maldito!- Gritó un hombre algo viejo, para Leon.
-Señor,
por favor retroceda- Dijo él seguro, pero tenía miedo.
-¡No
me vas a decir lo que tengo que hacer, Mocoso!- El hombre lo golpeó haciéndole
sangrar la nariz.
-¡Padre,
basta!- Ella se sujetó a su padre antes de que golpeara otro vez.
-Hija…-
La miró por unos segundos- ¡Aléjate, le prometí a tu madre que cuidaría de ti!-
Y la empuja detrás de él.
El
señor golpeó nuevamente a Leon, esta vez tirándolo a al piso. Tirado en el
suelo comenzó a temblar de la impotencia, pensando en la ubicación de Ben. El
hombre tomo el rifle que se le había caído a Leon y lo apuntó.
-¡Me
voy a vengar, por matar a mi esposa, maldito!- Estaba a punto de disparar, pero
en vez eso cae sobre Leon luego de que se escucha un disparo.
Un
silenció mortal inundó el ambiente, todos miraban atónitos.
-¡¿Qué
se supone que hace cabo, cómo permite esto?!- Ben sonó severo, pero en sus ojos
Leon pudo ver la desesperación, el miedo que sintió.
-Lo
siento, teniente- Dijo mientras se quitaba al hombre de encima.
-¡Listo,
ya no hay nada que ver aquí, pueden proseguir!- Gritó furioso Ben y todo volvió
a lo que era-Leonard, ven conmigo-
El
rubio se apresuró a levantarse y fue tras Ben. La chica rubia los siguió con la
mirada hasta que desaparecieron al entrar a un edificio, luego la apuraron unos
militares, aunque no se resistió, no estaba triste, es más se sentía contenta por
haber conocido a aquel chico tan puro.
Ben
llevo al chico de ojos claros a la enfermería. Al entrar lo obligo a sentarse
en una camilla, se acercó a un estante. Tomó alcohol y gasa.
-¿Te
asustaste Leon?- Preguntó Ben limpiando la sangre del rostro de su amado.
-No…-
Se sonrojo mientras usaba un tono caprichoso.
-Bueno,
como digas, lindo- Besó su mejilla y serió. Permaneció pegado al rostro de Leon
con los ojos cerrados.
-¿Qué,
Ben?- Tener la cara del hombre que amaba tan cerca, en un lugar tan peligroso,
lo desconcentraba, lo ponía nervioso y lo extasiaba, de una forma inexplicable.
Inhalo profundo.
-Sos
adorable- Ben se alejó riéndose a carcajadas.
-¿Podemos
quedarnos con la chica?- Dijo rápido Leon, cerrando los ojos. Apretando los
puños con impotencia.
-Esa
no es forma de pedir algo, Leon- El moreno se comportó como una madre regañando
a un pequeño. Se acercó al chico mirándolo con una sonrisa pícara.
-Lo
sé, estoy algo nervioso porque estas muy cerca- Leon ya no daba más, tenía unas
ganas enormes de besarlo, pero…
-Me
alejo si quieres-
-¡No!-
Gritó tomándolo del brazo- Ve… ni- Dijo casi en un susurró con una mirada
lujuriosa que hiso que Ben dejara de luchar contra sí, para no tocarlo. Lo
besó, con una pasión que logró que ambos se tentaran.
Fácilmente
se decidieron de sus ropas y antes de que se pudieran dar cuenta sus cuerpos ya
sudaban por el gran abrazo que efectuaban. Para ambos esto se había vuelto una
forma “rápida” de pasar tiempo juntos, por eso lo disfrutaban todo lo que
podían.
Un disparo los saco de su trance maravilloso. Haciéndoles
recordar que esos momentos solo eran para disfrutar entre las sombras de la
noche.
-Tenemos
que salvarla, Ben- Dijo ya sentado nuevamente en la camilla.
-¿A
quién, a esa chica que deje huérfana?- Ben sonó enfado, usó una voz cruda que
provocó que a Leon le diera un escalofrió.
-No
te pongas celoso…-
-Yo,
no estoy celoso de nadie, Leon- Ben golpeo la camilla, haciendo saltar a Leon.
-Perdón…-
Susurró triste mirando hacia otro lado. No quería molestarlo solo pretendía…
¿Qué pretendía? ¿Asegurarse de que lo amara, como él lo hacía? No.
Ben
besó su frente.
-No,
perdóname tú… Sí, estoy muy celoso- Dijo recostándose en el hombro de Leon. Él
rio.
-Tonto-
Exclamó al abrazarlo.
Ninguno
era sensible o afeminado, pero a veces olvidaban que eran hombres que
integraban el ejército.
Al
salir del edificio todo estaba muy tranquiló.
-Haber,
Leon ¿Qué se te ocurre?- Ben miró hacia el edificio.
-No
lo sé ¿Entrar y sacarla no es una solución?- Preguntó Leon acariciando
suavemente la palma de Ben con sus nudillos.
-Si…
a menos que quieras ser considerado un traidor- Sonrió burlón.
Leon
lo empujó y corrió hacia el edificio de los cautivos. Ben lo siguió, pero sin
correr. Él no era fanático de esas cosas.
Al
entrar buscó por los pasillos a Leon.
-¡Teniente,
venga!- Gritó Leon al verlo.
El
moreno camino hasta Leon. Él lo miró contento.
-Bien
echo cabo- Y acarició la cabeza de su compañero. Entraron a la habitación, Leon
se paralizó al ver en las condiciones que estaban todos. Ben cerró la puerta y
sin que le importase que todos lo miraran abrazó a Leon.
-Ya
está ¿Sí?- Lo miró. Leon asintió triste-Ahora búscala-
Mientras
Leon revisaba las literas Ben se quedó vigilando. Para él esto era tonto, todos
morirían en algún momento porque lo que estaban haciendo estaba mal y tendría
su castigo. Tarde o temprano…
Leon
revisaba los rostros de todas las mujeres y niñas, pero no la veía ¿Tal vez era
otra habitación? Pensó triste. Cuando de repente la vio ella no lloraba como
las otras, era más estaba sonriendo. Él se acercó con cuidado a ella, quien
estaba sentada en la ventana viendo hacia afuera.
-¿Por
qué sonríes?- Preguntó Leon intrigado.
-¿Qué?-
Dijo volteando-¡Viniste!- Se abalanzó sobre los brazos de él.
-¿Me,
estabas esperando?- Leon estaba más que sorprendido.
-Por
supuesto, tú y ese militar me salvaron de mi padre y… además- Lo miró-Sé que
eres bueno- Ella sonrió, como pocos lo habían hecho con él.
-Vamos,
que no tenemos tiempo- Ella asintió y corrieron hacia la puerta.
Cuando
llegaron juntó a Ben, él dijo con una sonrisa:
-Hola,
soy el Teniente Benjamin ¿Y tú?- Le extendió la mano.
-Soy
Melody- Contestó al tomar la mano del (según ella) hombre pálido.
-Y
él es Leon, por si el niño no te lo dijo- Ella rio y se presentó con Leon,
quien estaba rojo por el comentario de su amor.
-Es
mejor irnos, no quiero tener problemas con nadie- Dijo Ben empujándolos fuera
de la habitación.
Caminaron
por unos minutos, pero al llegar cerca de la puerta y del guardia, Ben los
detuvo.
-¿Qué
vamos a hacer, ella no pasa desapercibida?- Dijo Ben mirando a Leon.
-Tranquilos
yo me encargo- Dijo la pequeña rubia (a los ojos de ellos) caminado hacia el
guardia. Ella siempre odió que la cuidaran, quería por primera vez hacer algo
sola.
-Espe…-
Leon intenta detenerla, pero Ben lo detiene.
-Déjala,
no le impidas nada a una mujer… entérate- Ben sonrió y la miró. Ella le hacía acordar
a la única mujer que amo.
-Ben…-
Leon lo miró extrañado.
Melody
camino con tranquilidad haci el mostrador, donde el guardia descansaba.
-¿Cómo
te saliste?- El hombre se levantó apuntándola con un arma.
-No,
no, no mala idea- Dijo ella tomando la punta del rifle.
Le
quitó el arma y le disparó dos veces (los cuales no se escucharon), en los
puntos vitales descubiertos. El hombre calló al suelo, entonces ella
rápidamente le sacó la ropa (antes de que se manchara).
-¿Estas
bien, Melody?- Leon se asomó, Mel pareció no haberlo escuchado porque continuó
cambiándose.
Leon
no podía dejar de mirarla, jamás se había podido fijar en una chica por eso al
conocer a Ben se enamoró al instante, pero ahora…
-Melody,
apúrate parece que tienes un espía- Ben se asomó con Leon agarrado del cuello
del uniforme, quien estaba muy sonrojado. Melody los miró mientras se abrochaba
el saco.
-Listo-
Dijo luego de esconderse el pelo bajo el sombrero.
Ella
quiso salir, pero Ben la detuvo. Mel lo miró y al acercarse a él, Leon limpio
el rostro de Mel.
-Ahora
sí, Mel. Estabas muy sucia- Dijo con una sonrisa.
-Gracias…-
Dijo extrañada y se adelantó.
-Eso
no se le dice a una mujer- Y Ben, agarrando aun a Leon, salió.
Caminó
tranquilo por el campo.
-¿Qué
haces, niña?- Preguntó él con un tono serió.
-¿Qué
te parece? Me escabullo- Contestó ella como si fuera obvió.
-No
le veo lógica, porque haci vas a llamar más la atención- Al resonar las
palabras de Ben comenzó a caminar a su lado.
-¿Por
qué lo llevas de esa forma?- Preguntó Mel señalando a Leon.
-Lo
castigo- Contesta Ben muy tranquilo.
-No
los entiendo- Dijo rendida.
-Mejor
no lo intentes, Melody- Leon se introduce a la conversación.
Caminaron
hasta llegar a la habitación del teniente.
-Mel,
sácate eso y cámbiate en la esa habitación, hay ropa para ti- Ella sin decir
nada entro en la habitación.
Leon
que pasaba tanto tiempo en este cuarto, que parecía más un departamento, nunca
había podido entrar en esa habitación…
Cuando
Melody salió de ahí, estaba hermosa (para los ojos de Leon). La pollera de tuvo
la estilizaba y la camisa dentro de la pollera le daba elegancia.
-¿Por
qué tenes ropa de mujer, en esa recamara?- Preguntó mientras se sentaba junto a
Ben. Leon aprovechó la oportunidad para sacarse, también, la duda y se sentó al
otro lado de Ben.
-¿Haci
que los dos quieren saber?- Ben se acomodó y aclaró su garganta-Pero no les
importa. Ahora me voy a dormir- Se levantó y cuando se volteó los miró-¿Qué esperan?-
Leon
y Mel se miraron desilusionados y se levantaron.
-¿Duermo
en el cuarto de tu, novia?- Preguntó burlona ella.
-Sí,
duerme ahí- Dijo algo triste al entrar en la habitación.
-Ben…-
Exclamo Leon-Buenas noches, señorita- Él la miró y corrió tras Ben.
Al
cerrarse la puerta Mel se acercó y se apoyó en ella para oír mejor.
-No
pasa nada, Leon- Escucha a Ben.
-Pero,
estas triste- Oyó a Leon.
-Puede
ser… pero a ti, eso no te importa, porque te enamoraste de ella- Mel se
sorprendió al oír eso, pero no podía despagarse de la puerta.
Leon
caminó hasta llegar a la cama, al llegar avanzo sobre ella y cuando llegó juntó
a Ben lo abrazó.
-¿Y
eso, quien te lo dijo, mi amor?- Ambos volvieron a sentirse llenos al tenerse
tan cerca.
-Antes
de que llegaras, mi novia trabajaba como mi secretaria, pero se descubrió que
era judía y… bueno… tú te lo imaginas- El ambiente se puso pesado y ambos
permanecieron en silencio.
Mel
corrió llorando a su habitación.
Toda la noche había estado en silenció (Algo que no
era común), pero lo bueno era que ellos pudieron entenderse mejor en el silenció.
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