Espero que te pase lo mismo onee, esta va especial para vos.
Fueron como su Madre (1973 Septiembre)
Historia
de Genevieve y Benjamin
Hacía nueve meses esperaban
por el día que llegaría mañana. Gracias a la paciencia interminable de Ben y
mucho reposo por parte de Geni pudieron lograr que en su vientre crecieran dos
demonios.
Ambos fetos habían estado muy
tranquilos, exceptuando algunas patadas. Geni había tenido que comer mucho para
no morir desnutrida aunque estaba muy flaca y su cuerpo estaba más que débil,
pero ella era muy fuerte. Además Ben no permitiría que ella muera.
Era de noche y los dos
estaban acostados, mirando al techo, sin poder dormir en la obscuridad de la
noche, pero cada uno creía que el otro dormía.
-Ben- Dijo finalmente Geni.
-Creía que dormías…- Comentó
Ben a modo de preguntar lo que ella necesitaba.
-Estoy muy nerviosa- Confesó.
-Sos hermosa…-Dijo Ben feliz.
Ambos rieron. Geni se volteó
hacía Ben con extremo cuidado.
-Ben- Susurró- Tengo miedo-
Ben se colocó de costado para
luego abrazarla.
-Yo jamás voy a dejar que te
pase algo, mi querida Geni- Besó su frente y la acorrucó en su pecho.
Unas horas después ella se
durmió y él, como había hecho durante nueve meses, se mantuvo más que despierto
junto a ella. El sueño pronto le comenzó a ganar y cuanto más peleaba más se
cansaba. Así que decidió descansar un poco, lo cual fue mala idea porque en
cuanto cerró los ojos Geni comenzó a pegar alaridos horribles.
-Ben, duele mucho- Pudo decir
mientras lloraba.
-Tranquila no te desesperes,
tenes que mantener la calma ¿Sí?- Dijo con su tono usual, pero estaba más nervioso
que ella.
-Sí- Y comenzó a respirar
como Ben le había enseñado. Lo cual hacía que el dolor disminuyera, pero no lo
suficiente.
El niño que vendría era mucho
más fuerte que un demonio común ya que Carol había dado bastante de su sangre
para que sea lo suficientemente fuerte para reinar. Por eso el dolor era mucho
más fuerte y no había ninguna posibilidad de que se salvarse, solo un milagro,
pero un demonio se ríe de Dimitri.
Ben corrió a llenar la fuente
con agua caliente al baño de su habitación. Al volver destapo a Geni y le sacó
su ropa interior inferior.
-¡Lo veo!- Gritó emocionado.
Ella rio.
Geni comprimió los puños
rasgando parte de las sabanas. Ben levantó las piernas de ella, que temblaban
mucho y las acarició para que se distrajera un poco.
-¿Lista?- Dijo Ben, habiendo
vuelto a su tono de siempre.
-¡Hace rato!- Gritó Geni algo
estresada.
-Entonces puja, Geni- La voz
de Ben sonó raramente tranquila.
Los gritos y las
respiraciones retumbaban por todo el castillo y cuando por fin cesaron se oyó
un llanto sufrido.
-Listo…- Dijo aliviada.
-Sí- Remarcó Ben feliz. Luego
procedió a cortar el cordón umbilical.
Con el trapo mojado comenzó a
limpiar al niño. El cual lo miró con sus rojos ojos llenos de amor y con sus
pequeñas manitos sujetó su dedo.
-Que fuerza- Exclamó
orgulloso.
-Ben…- Exclamó Geni
preocupada.
-Tranquila es la placenta si
me das unos segundos- Dijo terminando de limpiarlo.
Él se acercó a la cuna que
habían preparado y colocó al niño. De repente un gritó horrible perturbó a Ben
quien de inmediato volteó. Entonces vio que Geni comenzaba a sangrar.
-¿Qué, qué sucede?- Preguntó mientras
se acercaba desesperado.
-Creo que es otro… ¡Ben!-
Gritó desesperada.
Al él fijarse notó que era
otro, pero esta vez el niño que venía por la desesperación, sin tener noción
lastimaba a Geni.
-Geni- Comenzó a acariciarla-
Necesito que uses toda tu fuerza porque este te lastima, está asustado- Dijo
con tristeza.
-Sí- Exclamó
segura-¡Tranquilo bebito!- Gritó para consolarlo. Lo que funciona ya que
reconoce la voz de Geni y se calma.
Pero con el primer puje el
pequeño se puso peor. Continuó pujando, sin embargo comenzó a cansarse por la
sangre que perdía.
-Ben- Dijo desesperada y con
una voz muy débil.
-Por favor, Geni te lo
suplico- Pidió desesperado, ambos debían vivir, quedarse junto a ellos.
Geni pujo una vez más con
toda la fuerza que pudo juntar…
Ben sujetó al bebe con
delicadeza. La sangre corría por los pies de la cama, ambos niños lloraban con
dolor y Geni, agitada, desvanecía.
-Geni…- Dijo Ben.
-Estoy bien, voz… arréglalo
así me los das ¿Sí?- Su voz era débil y sonaba triste.
Ben sin decir una palabra se
apresuró a limpiarlo, luego de cortar el cordón. Después tomó a ambos y se los
dio a Geni, Quien estaba muy débil. Antes de que pudiera siquiera pensar en curarla
Geni dice triste:
-Quedate al lado mío, quiero
que estemos los cuatro juntos-
Él entendía la petición y
sabía que si no lograba salvarla esa sería su última oportunidad para estar
junto a ella, pero no era lo que él quería y se convenció diciéndose que era
egoísta.
-No Geni, primero me aseguro
de que estés bien. Vamos a tener mucho tiempo para estar los cuatro- Dijo de
manera fría y dura, pero a Geni no la afectó ya que lo conocía.
Ella sonrió.
Pasaron varias horas hasta
que Ben estuvo totalmente seguro de que sus heridas no sangrarían ni aunque
ella lo levantara a él. Se deshizo de la placenta y una vez ella estuvo limpia
y cómoda se sentó junto a ella.
-¿Te mantuvieron despierta?- Preguntó
riendo.
-Sí, son terribles- dijo
sonriendo.
-Son bellos- Exclamó Ben más
que feliz.
-Igual al padre- Y los abrazo
más fuerte- Ben… ¿Crees que se lleven bien?- Preguntó solo un poco preocupada.
Ambos miraron a los gemelos,
los cuales desde hace rato permanecían callados y atentos a las palabras de sus
padres.
-No lo sé, si te digo otra
cosa mentiría- Exclamó aun viéndolos.
-Yo creo que sí y muy bien- Dijo al mirarlo a
él-Estas fascinado… Te amo-
Ben se volteó y la besó
dulcemente.
-Yo te amo más- Dijo cuándo
se separó un poco de ella.
-Ben…- Exclamó mirándolo
desde abajo.
-¿Sí?- Roso su nariz.
-¿Cómo les ponemos?- Preguntó
intrigada.
Miraron a los bebes al
separarse. Como agitaban las colitas, una negra y otra blanca. Los nombres no llegaban y el tiempo pasaba.
-Mira Ben, está empezando a
amanecer- Comentó Geni asombrada.
Ben rio.
-Me había olvidado del
tiempo- Dijo extrañado.
-Eso es muy extraño- Rio
tímidamente.
Al callarse recordaron que
sus hijos aun no tenían nombres y volvieron a mirarlos.
-¿Se te ocurre algo?-
Preguntó Ben algo cansado.
-No…- Contestó, pero de
repente se le ocurrió algo-¿Cómo se llamaba tú papá, Ben?- Preguntó finalmente.
Él la miró.
-No quiero que se llamen como
él- Dijo algo enojado.
-¿Por qué?- Preguntó
preocupada.
-Él… nunca estuvo y además su
nombre no me gusta- Contestó con frialdad, pero rápidamente le sonrió y
dijo-Perdón, no quiero arruinar el momento, pero… ¿Por qué no le ponemos Ash al
más chico?-
-Sí, es muy lindo- Dijo,
ella, sonriendo.
-¿Y… tú papá?- Preguntó
mirándola.
-¿Qué tiene, él?- Lo
cuestionó pensando en otra cosa.
-Su nombre es…- Dijo como
para que ella terminara la oración.
-Dorian- La palabra quedo
suspendida por unos minutos hasta que ambos se miraron.
-Me encanta- Dijeron al mismo
tiempo. Ambos rieron.
Durmieron toda la tarde hasta que el hambre de
todos los despertó.
Dos años y medio después
Un par de niños, de apenas dos
añitos, corrían, mañana y tarde, por todos los rincones de la casa junto con
sus padres. Quienes los consentían, pero al mismo tiempo les enseñaban a ser buenos
y amables.
A la hora de comer Ben se
encargaba de la comida mientras Geni bañaba a los pequeños. Luego de comer iban
al centro a comer helado. Durante las tardes se la pasaban en el parque.
Y al cenar iban derecho a la
cama… Una rutina que todos disfrutaban todos.
-Mira, mami- Exclamó Ash
señalando a una mujer enmascarada.
-¿Te gusta Ash?- Preguntó
Geni.
-¡Sí!- Gritó feliz.
Como había mucha gente Ben le
hiso caballito a Ash y Geni alzó a Dorian.
-¿Papi por qué hay muchas
personas?- Preguntó Dorian.
-Por que festejan Halloween-
Contestó Ben feliz.
-¿Qué?- Preguntó
inocentemente Ash.
-Es una fiesta donde todos de disfrazan y los niños piden
caramelos- Dijo paciente Geni.
-¿Podemos, mami?- Dijeron
Dorian y Ash emocionado.
-Sí ¿Podemos mami?- Dijo Ben
molestando a Geni, obviamente fue la única en entenderlo.
-Sí, todos vendremos a pedir
dulces- Dijo Geni sonriendo, pero miró a Ben con algo de enojo.
-¡Sí!- Gritaron los tres.
Luego de comprar todo lo necesario
volvieron al castillo. Cuando anocheció Geni comenzó a Bañar a los niños.
-Mami, mami- Decía Ash
mientras salpicaba un poco.
-Sí. Quédate quieto Dorian si
no, no puedo- Geni parecía loca, pero se divertía.
-Me gusta mi traje de gatito-
Comentó Ash tomando la mano de su hermano.
-¿Ah, sí? ¿Y a voz Dorian, te
gusta tú disfraz?- Preguntó lavando aun a Dorian.
-Sí, mucho mami- Dorian se
destacaba por ser él tranquilo, no era tímido, pero cuando hablaba se notaba que
era muy pacífico y con apenas dos años bastante responsable.
Al terminar de bañarlos los
llevó a la habitación donde ambos dormían (de todas formas estaba al lado de la
de ellos).
Una vez le puso lo disfrazases
se fue a cambiar. Ben apareció un ratito después portando su viejo uniforme
nazi.
-Soldados formación- Dijo fingiendo
un tono autoritario exagerado.
-¡Sí!- Dijeron algo asustados,
parándose en fila. Intentando sacar el poco pecho que tenían.
-¿Están listos para pedir
dulces hasta caer del sueño?- Marchaba de lado a lado dando largas y pocas
pisadas.
-¡Sí!- Reían por como él
hablaba.
Se arrodilló para estar un
poco más cerca de ellos y susurró:
-¿Están listos para darle un
gran, enorme abrazo a mamá cuando llegue?-
-Sí, papi- Dijeron en el
mismo tono de Ben.
-¿Qué tanto habla ustedes?-
Geni aparece por la puerta vestida de bruja (irónico ¿No?)
-¡Mami!- Gritan ambos
corriendo hacía Geni.
Esa noche la pasaron como
ninguna otra, comieron muchas golosinas, molestaron a algunas almas y por
ultimo bailaron en el parque con todos los pueblerinos. Algo que ninguno pudo
olvidar.
Mañana podrán leer sobre Amelia y Alexander en: "Como decir adiós, sin lastimarte"
Te amo onee!!!
Mio:3
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