Lo mejor del mundo

viernes, 22 de marzo de 2013

Día 26 :3

Hola!! Esta historia me mató es muy tierna y muy dolorosa y muy.... todo.
Espero que te pase lo mismo onee, esta va especial para vos.


Fueron como su Madre (1973 Septiembre)
Historia de Genevieve y Benjamin
Hacía nueve meses esperaban por el día que llegaría mañana. Gracias a la paciencia interminable de Ben y mucho reposo por parte de Geni pudieron lograr que en su vientre crecieran dos demonios.
Ambos fetos habían estado muy tranquilos, exceptuando algunas patadas. Geni había tenido que comer mucho para no morir desnutrida aunque estaba muy flaca y su cuerpo estaba más que débil, pero ella era muy fuerte. Además Ben no permitiría que ella muera.
Era de noche y los dos estaban acostados, mirando al techo, sin poder dormir en la obscuridad de la noche, pero cada uno creía que el otro dormía.
-Ben- Dijo finalmente Geni.
-Creía que dormías…- Comentó Ben a modo de preguntar lo que ella necesitaba.
-Estoy muy nerviosa- Confesó.
-Sos hermosa…-Dijo Ben feliz.
Ambos rieron. Geni se volteó hacía Ben con extremo cuidado.
-Ben- Susurró- Tengo miedo-
Ben se colocó de costado para luego abrazarla.
-Yo jamás voy a dejar que te pase algo, mi querida Geni- Besó su frente y la acorrucó en su pecho.
Unas horas después ella se durmió y él, como había hecho durante nueve meses, se mantuvo más que despierto junto a ella. El sueño pronto le comenzó a ganar y cuanto más peleaba más se cansaba. Así que decidió descansar un poco, lo cual fue mala idea porque en cuanto cerró los ojos Geni comenzó a pegar alaridos horribles.
-Ben, duele mucho- Pudo decir mientras lloraba.
-Tranquila no te desesperes, tenes que mantener la calma ¿Sí?- Dijo con su tono usual, pero estaba más nervioso que ella.
-Sí- Y comenzó a respirar como Ben le había enseñado. Lo cual hacía que el dolor disminuyera, pero no lo suficiente.
El niño que vendría era mucho más fuerte que un demonio común ya que Carol había dado bastante de su sangre para que sea lo suficientemente fuerte para reinar. Por eso el dolor era mucho más fuerte y no había ninguna posibilidad de que se salvarse, solo un milagro, pero un demonio se ríe de Dimitri.
Ben corrió a llenar la fuente con agua caliente al baño de su habitación. Al volver destapo a Geni y le sacó su ropa interior inferior.
-¡Lo veo!- Gritó emocionado. Ella rio.
Geni comprimió los puños rasgando parte de las sabanas. Ben levantó las piernas de ella, que temblaban mucho y las acarició para que se distrajera un poco.
-¿Lista?- Dijo Ben, habiendo vuelto a su tono de siempre.
-¡Hace rato!- Gritó Geni algo estresada.
-Entonces puja, Geni- La voz de Ben sonó raramente tranquila.
Los gritos y las respiraciones retumbaban por todo el castillo y cuando por fin cesaron se oyó un llanto sufrido.
-Listo…- Dijo aliviada.
-Sí- Remarcó Ben feliz. Luego procedió a cortar el cordón umbilical.
Con el trapo mojado comenzó a limpiar al niño. El cual lo miró con sus rojos ojos llenos de amor y con sus pequeñas manitos sujetó su dedo.
-Que fuerza- Exclamó orgulloso.
-Ben…- Exclamó Geni preocupada.
-Tranquila es la placenta si me das unos segundos- Dijo terminando de limpiarlo.
Él se acercó a la cuna que habían preparado y colocó al niño. De repente un gritó horrible perturbó a Ben quien de inmediato volteó. Entonces vio que Geni comenzaba a sangrar.
-¿Qué, qué sucede?- Preguntó mientras se acercaba desesperado.
-Creo que es otro… ¡Ben!- Gritó desesperada.
Al él fijarse notó que era otro, pero esta vez el niño que venía por la desesperación, sin tener noción lastimaba a Geni.
-Geni- Comenzó a acariciarla- Necesito que uses toda tu fuerza porque este te lastima, está asustado- Dijo con tristeza.
-Sí- Exclamó segura-¡Tranquilo bebito!- Gritó para consolarlo. Lo que funciona ya que reconoce la voz de Geni y se calma.
Pero con el primer puje el pequeño se puso peor. Continuó pujando, sin embargo comenzó a cansarse por la sangre que perdía.
-Ben- Dijo desesperada y con una voz muy débil.
-Por favor, Geni te lo suplico- Pidió desesperado, ambos debían vivir, quedarse junto a ellos.
Geni pujo una vez más con toda la fuerza que pudo juntar…
Ben sujetó al bebe con delicadeza. La sangre corría por los pies de la cama, ambos niños lloraban con dolor y Geni, agitada, desvanecía.
-Geni…- Dijo Ben.
-Estoy bien, voz… arréglalo así me los das ¿Sí?- Su voz era débil y sonaba triste.
Ben sin decir una palabra se apresuró a limpiarlo, luego de cortar el cordón. Después tomó a ambos y se los dio a Geni, Quien estaba muy débil. Antes de que pudiera siquiera pensar en curarla Geni dice triste:
-Quedate al lado mío, quiero que estemos los cuatro juntos-
Él entendía la petición y sabía que si no lograba salvarla esa sería su última oportunidad para estar junto a ella, pero no era lo que él quería y se convenció diciéndose que era egoísta.
-No Geni, primero me aseguro de que estés bien. Vamos a tener mucho tiempo para estar los cuatro- Dijo de manera fría y dura, pero a Geni no la afectó ya que lo conocía.
Ella sonrió.
Pasaron varias horas hasta que Ben estuvo totalmente seguro de que sus heridas no sangrarían ni aunque ella lo levantara a él. Se deshizo de la placenta y una vez ella estuvo limpia y cómoda se sentó junto a ella.
-¿Te mantuvieron despierta?- Preguntó riendo.
-Sí, son terribles- dijo sonriendo.
-Son bellos- Exclamó Ben más que feliz.
-Igual al padre- Y los abrazo más fuerte- Ben… ¿Crees que se lleven bien?- Preguntó solo un poco preocupada.
Ambos miraron a los gemelos, los cuales desde hace rato permanecían callados y atentos a las palabras de sus padres.
-No lo sé, si te digo otra cosa mentiría- Exclamó aun viéndolos.
 -Yo creo que sí y muy bien- Dijo al mirarlo a él-Estas fascinado… Te amo-
Ben se volteó y la besó dulcemente.
-Yo te amo más- Dijo cuándo se separó un poco de ella.
-Ben…- Exclamó mirándolo desde abajo.
-¿Sí?- Roso su nariz.
-¿Cómo les ponemos?- Preguntó intrigada.
Miraron a los bebes al separarse. Como agitaban las colitas, una negra y otra blanca. Los nombres no llegaban y el tiempo pasaba.
-Mira Ben, está empezando a amanecer- Comentó Geni asombrada.
Ben rio.
-Me había olvidado del tiempo- Dijo extrañado.
-Eso es muy extraño- Rio tímidamente.
Al callarse recordaron que sus hijos aun no tenían nombres y volvieron a mirarlos.
-¿Se te ocurre algo?- Preguntó Ben algo cansado.
-No…- Contestó, pero de repente se le ocurrió algo-¿Cómo se llamaba tú papá, Ben?- Preguntó finalmente.
Él la miró.
-No quiero que se llamen como él- Dijo algo enojado.
-¿Por qué?- Preguntó preocupada.
-Él… nunca estuvo y además su nombre no me gusta- Contestó con frialdad, pero rápidamente le sonrió y dijo-Perdón, no quiero arruinar el momento, pero… ¿Por qué no le ponemos Ash al más chico?-
-Sí, es muy lindo- Dijo, ella, sonriendo.
-¿Y… tú papá?- Preguntó mirándola.
-¿Qué tiene, él?- Lo cuestionó pensando en otra cosa.
-Su nombre es…- Dijo como para que ella terminara la oración.
-Dorian- La palabra quedo suspendida por unos minutos hasta que ambos se miraron.
-Me encanta- Dijeron al mismo tiempo. Ambos rieron.
 Durmieron toda la tarde hasta que el hambre de todos los despertó.
Dos años y medio después
Un par de niños, de apenas dos añitos, corrían, mañana y tarde, por todos los rincones de la casa junto con sus padres. Quienes los consentían, pero al mismo tiempo les enseñaban a ser buenos y amables.
A la hora de comer Ben se encargaba de la comida mientras Geni bañaba a los pequeños. Luego de comer iban al centro a comer helado. Durante las tardes se la pasaban en el parque.
Y al cenar iban derecho a la cama… Una rutina que todos disfrutaban todos.

-Mira, mami- Exclamó Ash señalando a una mujer enmascarada.
-¿Te gusta Ash?- Preguntó Geni.
-¡Sí!- Gritó feliz.
Como había mucha gente Ben le hiso caballito a Ash y Geni alzó a Dorian.
-¿Papi por qué hay muchas personas?- Preguntó Dorian.
-Por que festejan Halloween- Contestó Ben feliz.
-¿Qué?- Preguntó inocentemente Ash.
-Es una fiesta  donde todos de disfrazan y los niños piden caramelos- Dijo paciente Geni.
-¿Podemos, mami?- Dijeron Dorian y Ash emocionado.
-Sí ¿Podemos mami?- Dijo Ben molestando a Geni, obviamente fue la única en entenderlo.
-Sí, todos vendremos a pedir dulces- Dijo Geni sonriendo, pero miró a Ben con algo de enojo.
-¡Sí!- Gritaron los tres.

Luego de comprar todo lo necesario volvieron al castillo. Cuando anocheció Geni comenzó a Bañar a los niños.
-Mami, mami- Decía Ash mientras salpicaba un poco.
-Sí. Quédate quieto Dorian si no, no puedo- Geni parecía loca, pero se divertía.
-Me gusta mi traje de gatito- Comentó Ash tomando la mano de su hermano.
-¿Ah, sí? ¿Y a voz Dorian, te gusta tú disfraz?- Preguntó lavando aun a Dorian.
-Sí, mucho mami- Dorian se destacaba por ser él tranquilo, no era tímido, pero cuando hablaba se notaba que era muy pacífico y con apenas dos años bastante responsable.
Al terminar de bañarlos los llevó a la habitación donde ambos dormían (de todas formas estaba al lado de la de ellos).
Una vez le puso lo disfrazases se fue a cambiar. Ben apareció un ratito después portando su viejo uniforme nazi.
-Soldados formación- Dijo fingiendo un tono autoritario exagerado.
-¡Sí!- Dijeron algo asustados, parándose en fila. Intentando sacar el poco pecho que tenían.
-¿Están listos para pedir dulces hasta caer del sueño?- Marchaba de lado a lado dando largas y pocas pisadas.
-¡Sí!- Reían por como él hablaba.
Se arrodilló para estar un poco más cerca de ellos y susurró:
-¿Están listos para darle un gran, enorme abrazo a mamá cuando llegue?-
-Sí, papi- Dijeron en el mismo tono de Ben.
-¿Qué tanto habla ustedes?- Geni aparece por la puerta vestida de bruja (irónico ¿No?)
-¡Mami!- Gritan ambos corriendo hacía Geni.
Esa noche la pasaron como ninguna otra, comieron muchas golosinas, molestaron a algunas almas y por ultimo bailaron en el parque con todos los pueblerinos. Algo que ninguno pudo olvidar.

Mañana podrán leer sobre Amelia y Alexander en: "Como decir adiós, sin lastimarte"
Te amo onee!!!
Mio:3

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