Otra de mi Alex. Acá es un poco más... Tierno, pero solo un poquito ^^jijijiji
La Cruda realidad (18 de
febrero de 1982)
Historia de Alexander
No
había pasado ni un mes desde su llegada y la mayoría de los vecinos se quejaban
de Alex. Nadie entendía el porque era tranquilo, inteligente, respetuoso. No
hacía nada.
-¿Padre
jugamos al ajedrez?- Preguntó contento.
Hacía
mucho que su padre no llagaba tan temprano, quería aprovecharlo. Edward acepto
adoraba pasar tiempo con su hijo y cansado nunca estaba, los trabajos de los
hombres eran muy fáciles para él.
Cuando
Carol llegó la escena era muy dulce. Eran tan unidos.
La
mañana del día siguiente Alex despertó solo, (como siempre) pero esta vez
sintió realmente esa soledad. Se levantó algo dormido y luego de cambiarse se
fue al comedor.
-¡Buenos
días, Alex!- Gritó una niña.
Era
tan dulce y bonita. Hacía que Alex pudiera ser él.
-Buenos
días, Lili- Dijo amablemente, pero sin perder ese tono aniñado que solamente le
mostraba a ella.
-¿Hoy,
amaneciste bien?- Preguntó la adorable pelirroja.
-Sí,
algo solo, pero estoy bien- Contestó-¿Y vos Lili?- Agregó.
-Bien,
hasta que mi mamá volvió a retarme- Dijo algo triste.
Odiaba
verla así, sobre todo porque sabía que él era la causa. La tomó de la mano.
-Ven
conmigo quiero mostrarte algo- Dijo y corrió hasta donde estaba la madre de
Lili-¿Disculpe, señora?- Le dijo con un tono dulce.
-Otra
vez tú ¿Qué quieres sacarme ahora?- Al voltearse vio a Lili- ¡¿Lilia, que te
dije de andar con este chico?!- Gritó furiosa.
-No
se preocupe más, a partir de ahora ser bueno y le devolveré todo, pero por
favor no rete más a Lili por estar conmigo ella es la única en quien confió-
Dijo algo triste. La mujer no pudo evitar ceder.
-¿A
ti te gusta estar con él no mí Lilia?- Preguntó La mujer.
-Sí,
es mi mejor amigo- Y sonrió.
Era
tan alegre que a todos los que vivían en el conventillo alegraba juntó con
ella.
-Entonces
vallan a divertirse, pero Alex acuérdate de tú promesa- Exclamó la mujer
alegremente.
Se
sentaron en la pequeña fuente que había en medio del gran patio.
-¿Qué
te gustaría hacer?- Preguntó Alex.
-Quiero
que le devolvamos sus cosas a los dueños- Dijo alegre. Ambos sonrieron.
Entraron
en el cuarto de la familia de Alex y comenzaron a buscar todo.
Miles
de bolsas después.
-¿De
dónde sacas tantas bolsas? Son muy caras- Dijo sorprendida.
-Mi
madre trabaja en una fábrica de plásticos. Me trae porque les hacen diseños
lindos- Dijo mientras se sentaba en la cama. Extendió un bolsa te tenía bajo la
cama luciendo la imagen de un conejo.
-Es
muy tierno. Es hermosa- Exclamó acercándose a él.
-Esta
una de mis favoritas- Y sonrió- Pero quédatela si te gusta mucho- Le dijo
entregándosela en las manos.
-Gracias-
Dijo y besó su mejilla.
-De,
de nada Lili- Dijo sonrojado. Ella rio.
-¿Por
qué no nos vamos ya a devolver todo esto?- Lo tomo de la mano y se acercaron a
la carretilla que Lili había traído.
-Metamos
todo aquí- Exclamó Alex. Y comenzaron a cargar todo.
Se
la pasaron toda la tarde devolviendo todo. Y Alex se encargó de pedir
disculpas.
La
hora de dormir llegó muy pronto, así que se despidieron.
-¡Es
hora de entrar Lilia!- Gritó la robusta mujer.
-Chau
Alex te veo mañana- Dijo luego de darle un beso y se fue.
Los
padre de Alex no habían llegado, así que se durmió (como pudo) solo.
Todo
fue normal hasta que un día.
-¡Sos
un mocoso mal agradecido!- Gritó la madre de Lilia al entrar en la habitación
de la familia de Alex.
-¿Qué
pasó señora?- Dijo Alex sobresaltándose.
-Madre-
Exclamó acercándose a ella.
-Este
mocoso nos volvió a robar- Acusó con furia.
-Mamá
él no fue estuvo… conmigo- Dijo sonrojada.
-Le
juro que no toque sus cosas- Dijo triste.
-¿A
sí y eso que es?- exclamó acercándose a la mesa de luz donde detrás de la lámpara
había un collar.
-Esto
es mío- Dijo furiosa-¡Me cansaste, voy a llamar a la policía! ¡Ven conmigo!- Gritó
tomando la mano de Lilia.
-Mamá
él no hiso nada. Mamá vasta, por favor- Tironeaba para soltarse, pero su madre
era muy fuerte.
Alex
se tiró sobre la cama a llorar. No había hecho nada, porque jamás hacía nada. Tampoco
en ese momento pudo hacer nada.
Dos
horas después las sirenas lo despertaron. Se levantó con pereza y se sentó en
la fuente con una cara que solo le había mostrado a aquel hombre del barco.
Los
policías entraron. Todos salieron al patio asustados menos la madre de Lilia,
quien se acercó a los guardias y acusó a Alex de robo.
Cuando
estaba subiendo a la patrulla sus padres los detuvieron, pero no sirvió de nada
no tenían poder.
-Alex-
Dijo Carol extendiendo sus brazos. Alexander se soltó de sus captores y corrió
a su madre-¿Qué sucedió? ¿Adónde te quieren llevarte?-
-Tranquila
madre, solo me llevaran a un orfanato- Dijo tragando sus lágrimas.
-¡¿Pero
qué les pasa?! ¡Tiene padres!- Gritó Edward.
-Sí
pero este niño no está en buenas condiciones, ya que es la habitación más precaria
sin mencionar que pasa todo el día solo aquí…- Dijo un hombre bigotudo asomándose
entre la bruma de la noche.
-Y
no se olvide que este niño me robo- Exclamó la mujer saliendo de la casa con
Lili tomada de la mano.
-Señora
por favor entre- Se dirigió a la mujer. Quien obediente entró.
-¡Perdón
Alex!- Fue lo único que pudo y llegó a decir sollozando Lili antes de entrar.
-No
importa- Susurró al viento Alex.
-Señores
yo sé que les duele y les molesta, pero deben entender que los niños necesitan
la presencia de sus padre- Dijo el comandante tomando la mano de Alex.
-Pero
estar en un orfanato no será mejor- Dijo Edward aun enojado, pero hablaba con
seriedad.
-No
en el orfanato que yo conozco, ahí lo atendrán como un rey- Dijo seguro El
hombre.
-Está
bien, pero no quiero que lo adopten- Condicionó Carol.
Edward
la puso de espaldas al hombre y dijo confundido:
-¿Qué
haces?-
-Ed,
piénsalo mejor. Podríamos ganar mucho más dinero y además podríamos visitar a
Amelia. Yo sé que Alex estará bien, además no sirve pelear se lo llevaran de
todos modos, queramos o no- Dijo Carol perdiendo un poco su humor.
-Tienes
razón- Aceptó Ed. Vieron al policía y asintieron.
En
la despedida con Alex le explicaron cómo sería todo y sobre todo le aseguraron
que volverían a buscarlo.
Alex
sin decir nada y obviamente estando en desacuerdo con todo lo que habían decidido,
subió al auto. Se despidió de sus padres y se escondió en sus rodillas no querían
que lo vieran llorar.
-Si
va estar estupendo, Carol- Exclamó Ed al ver a Alex.
-A
mí me duele más que ninguno. Vamos entremos ya- Dijo llorando, aferrándose a Edward.
Al
llegar al orfanato bajo de la patrulla y siguió al hombre dentro del lugar.
-¿Otro
más? Hace poco me diste a la niña- Dijo en tono de broma. Sonrió y le tomo la
mano a Alex.
-Necesito
que no esté en las listas de adopción- Dijo sonriendo.
-Claro,
de todas formas no hemos tenido clientes en un tiempo- Dijo entrando con Alex- Adiós-
Dijo feliz la monja.
-Gracias
y adiós- Exclamó y se fue.
La
mujer lo llevo hacía una habitación, él entro y sin saludar a sus compañeros se
acomodó en una cama. Se quedó en silencio, no fingiría ser amable cuando no quería.
Una hermosa historia, para mañana: "Amarillos como el sol"
Te amo mucho!
Mio
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